El 3 de noviembre de 1993, 75 personas entre colonos e indígenas Kofanes, Secoyas y Kichwas de Orellana y Sucumbíos, mediante una “acción de clase” presentaron una demanda contra la petrolera Texaco en la Corte del Distrito Sur de Nueva York, acusándola de haber contaminado el ambiente y afectado a la salud de la gente debido al uso de tecnología barata y obsoleta durante la explotación petrolera en la Amazonía ecuatoriana.
Hoy, después de 25 años, las mismas nacionalidades y colonos afectados por las operaciones de la empresa siguen luchando cada día para la búsqueda de justicia, la reparación integral de sus territorios y la defensa de la vida.